A perro flaco todo son pulgas. Dicho de otro modo, si en España los puestos de trabajo escasean, el 33% de los jóvenes titulados que tienen oportunidad de ejercer tras finalizar sus estudios universitarios considera que la exigencia requerida en sus empleos está por debajo de los conocimientos académicos adquiridos. Es decir, están sobrecualificados. Por si fuera poco, España lidera el ranking de países europeos con una población demasiado cualificada para los puestos de trabajo de los que dispone. En el resto de Europa, pese a que los resultados no son brillantes, más de la mitad de la población activa, concretamente el 59,5% de los empleados, desempeñan actividades acordes a su formación.
Son los datos que se desprenden del último de los informes de la Fundación Crecimiento y Desarrollo (CYD), titulado ‘La contribución de las universidades españolas al desarrollo 2014’. La tendencia es que esta diferencia continúe al alza mientras siga existiendo escasez de empleo. Desde 2010, este fenómeno ha crecido en cinco puntos. Pero el estudio va más allá y concluye que el 6,7% de las ofertas de trabajo no requerían formación alguna. Casi uno de cada cuatro contratos iniciales formados en España en 2014 fueron para trabajar de empleado contable y administrativo o empleado de los servicios de restauración, protección o vendedores.
No obstante, existen grandes diferencias dentro del ámbito nacional: Canarias, Andalucía y Extremadura poseen un índice menor de sobrecualificación entre los jóvenes al haber un escaso número de licenciados respecto a la media española, mientras que en el otro lado de la balanza destacan Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla y León. Por ámbitos de especialidad, son poco demandadas para la gran empleabilidad que tienen gran parte de las ingenierías, informática, matemáticas, física, química o administración y dirección de empresas, mientras que en el extremo opuesto se encuentran periodismo, arquitectura o comunicación audiovisual.