Durante la XIX Conferencia Interamericana de la OEA se comprometieron a seguir avanzando en la construcción de trabajo decente y digno, con inclusión social y desarrollo sostenible
Un total de 24 países estuvieron presentes los días 3 y 4 de diciembre en Cancún en la XIX Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo (CIMT), en la que se expusieron y analizaron numerosas iniciativas que tratan de mejorar el mercado laboral. Este foro se celebró por primera vez en 1963, lo que la convierte en la reunión sectorial más antigua de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El encuentro concluyó con la firma de la Declaración y el Plan de Acción de Cancún, que con el título ‘Construyendo trabajo decente con inclusión social y desarrollo sostenible en las Américas’ contienen nuevos consensos en torno a prioridades y acciones a seguir en materia de trabajo y empleo en la región. El primero de los documentos recoge 29 puntos en los que los ministros reiteran su compromiso con los Objetos de Desarrollo Sostenible, la igualdad de oportunidades, la negociación colectiva, el trabajo decente, el fortalecimiento de los sistemas de educación, la formación continua y los servicios públicos de empleo, o la protección de los derechos de los trabajadores migrantes. Asimismo, con motivo del décimo aniversario de la creación en el marco de la CIMT de la Red Interamericana para la Administración Laboral (RIAL), el texto incluye la disposición de seguir apoyando financieramente este organismo que desde 2005, entre otros logros, ha hecho más efectiva la protección de los derechos de los trabajadores.
El punto fuerte de la Declaración de Cancún es la puesta en marcha de un ambicioso plan de acción al que los Estados miembros dedicarán recursos económicos, técnicos y logísticos. En el mismo, se establecen dos grupos de trabajo para examinar en profundidad todos los temas identificados. El primero se centra en las políticas públicas integradas para el empleo productivo y el trabajo decente con inclusión social. Es en uno de los puntos de este apartado donde se habla de la necesidad de estrechar la colaboración intersectorial entre los ministerios de Trabajo y Educación para «preparar mejor la fuerza laboral, especialmente a los jóvenes, de acuerdo con las necesidades de desarrollo de nuestros países y con la demanda de los sectores productivos». El segundo grupo de trabajo agrupa todas las iniciativas expresadas en la Declaración relacionadas con el fortalecimiento institucional para la protección de los derechos de trabajadores y empleadores y la promoción de la cooperación en materia laboral. Como en la Conferencia se hizo hincapié en la importancia de la colaboración intergubernamental, los ministros de Trabajo se comprometen en el plan de acción a compartir información periódica sobre la implementación de las políticas de trabajo y empleo.
Aumento del paro «muy preocupante»
La apertura de la CIMT contó con la presencia del director para las Américas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), José Manuel Salazar-Xirinachs; los responsables de empleo de Colombia y México, Luis Eduardo Garzón y Alfonso Navarrete, y el secretario ejecutivo para el Desarrollo Integral de la OEA, Neil Parsan. Salazar-Xirinachs denunció que en 2015 la tasa de desempleo regional subirá al 6,6% frente al 6% del año anterior, cuando se cosecharon «mínimos históricos». A este respecto, consideró que este aumento es «muy preocupante» y es «solo la punta del iceberg» del problema, pues «la desaceleración también alcanza a la calidad de los empleos». El representante de la OIT exhortó a los ministros presentes a «enfrentar los problemas de más largo plazo, más estructurales» de la región, entre ellos «la insuficiente diversificación productiva, las brechas de productividad o las deficiencias» en educación y capacitación.
El ministro de Trabajo de México, Alfonso Navarrete, coincidió en que existe una incipiente tendencia negativa en el mercado laboral. Advirtió que se espera que la tasa de desempleo abierto de la región siga aumentando en el segundo semestre del año, lo que «implicará escenarios laborales complejos para los grupos vulnerables, esencialmente los jóvenes, quienes tendrán dificultades para acceder a empleos formales y de buena calidad». En la región, el 13,3% de los jóvenes están desempleados, casi el triple que los adultos y más del doble que el índice general promedio.
Algo parecido sucede con las mujeres, cuyas tasas de participación y ocupación laboral son del 49,5% y el 45,5%, cuando las de los hombres son del 71,3% y 67,3%. «La inserción de las mujeres en el trabajo todavía puede crecer de manera significativa», subrayó Navarrete, al remarcar que la tasa de desempleo femenina es del 9,1%, «casi 1,5 veces más que la tasa de los hombres». Peor es el caso de las personas con discapacidad, pues se estima que «entre el 80 y 90 por ciento está desempleado o no incorporado a la fuerza laboral y quien trabaja no recibe un salario adecuado o pago alguno por sus servicios».