Marco Ricceri, presidente científico de la Red Europea de Observatorios Regionales del Mercado de Trabajo, participó en el Bilbao Youth Employment Forum organizado por Novia Salcedo Fundación.
-¿Puede hacer una valoración de estos dos días de trabajo y puesta en común de tantos aspectos relacionados con el empleo juvenil?
Es un foro, así que ha habido espacio para muchas voces y experiencias. Ha habido un nivel muy alto con representantes de autoridades internacionales, nacionales y locales; ha sido muy interesante. Considero que hay una especie de sintonía con todos los conferenciantes en que el empleo juvenil es un punto clave, de ahí la importancia de la celebración de este evento en Bilbao.
-¿Cuál es su opinión sobre la década del empleo juvenil?
Pegasus ha puesto el foco sobre la conexión entre formación y empleo, cómo acompañar a los jóvenes en este paso. Pienso que es lo más concreto que debemos hacer ahora. Hay otros temas relacionados, como la política económica y demás, pero si la contribución más positiva que puede hacer la Fundación es centrarse en un tema específico.
-¿Cuál es el papel de la Red de Observatorios Regionales del Mercado de Trabajo?
En 2005 se creó este organismo para construir una comunidad europea puente entre el mundo académico y los operadores. Ha ido creciendo mucho durante estos años y ahora tenemos más de 400 miembros y 220 observatorios laborales repartidos por toda Europa, desde Laponia hasta el sur. Nos vamos a implicar en la campaña Pegasus porque compartimos su objetivo; de hecho, hemos invitado a Novia Salcedo al próximo encuentro de la Red, que tendrá lugar en Milán en octubre de 2015.
-¿Cuál ha sido la evolución que han observado en estos últimos cinco años? ¿La recuperación está siendo demasiado lenta?
La situación está empeorando. Lo que hemos estudiado e intentado aplicar son soluciones más eficaces como las que hemos encontrado por ejemplo en Alemania, y están basados en una nueva distribución de responsabilidades entre los actores sociales y económicos. Tenemos que aprender de esa experiencia.
-Así que el ejemplo a seguir es Alemania. ¿También es válida la experiencia de los países del norte de Europa?
Bueno, el norte de Europa es diferente porque esos países tienen poca población, un sistema muy cerrado… Pero algunas experiencias de Alemania, y también de Francia, pueden ser válidas.
-¿Cuáles son esas experiencias que están dando un buen resultado y de las que deberíamos tomar ejemplo?
En primer lugar, el hecho de que se haya transferido mayor responsabilidad dentro de las empresas, en la toma de decisiones, a los interlocutores sociales. En segundo lugar, se han redistribuido las horas de trabajo e introducido contratos de solidaridad. En definitiva, hay muchos instrumentos que se pueden poner en marcha para incrementar el empleo.
-¿Es optimista sobre la evolución del empleo juvenil a medio plazo?
Sí, soy optimista si en la medida en que los diferentes sistemas puedan adaptar la política económica a las nuevas oportunidades que ofrece el proceso de globalización en términos de ajustes internos, nuevo equilibrio entre operadores públicos y privados y calidad del desarrollo. Hasta ahora hemos medido el progreso sólo en términos de cantidad, pero hay que hacerlo en términos de calidad. Así que si se adopta esta nueva visión pienso que se abrirá el camino hacia una era del empleo.