América Latina sigue dando pasos en el largo camino que le queda aún por recorrer para reducir las altas tasas de desempleo juvenil, que en algunos casos duplican y hasta triplican la tasa global, y mejorar la calidad de las ofertas laborales de la región. Las iniciativas se van sucediendo gracias a las subvenciones económicas procedentes de instituciones y organismos financieros. El último ejemplo lo tenemos en la decisión del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo de destinar 1,7 millones de dólares para ayudar a la Fundación Forge a expandir un modelo que busca mejorar la transición desde la escuela a un trabajo de calidad para 14.000 jóvenes en Argentina, México, Perú y Uruguay.
El proyecto forma parte de la iniciativa regional Nuevas Oportunidades de Empleo, en la que empresas, gobierno y sociedad civil aportan recursos, conocimientos y capacidades para implementar soluciones de empleo efectivas y sostenibles para mejorar la empleabilidad de los jóvenes pobres y vulnerables de América Latina y el Caribe. Como ocurre en muchos países del mundo, conseguir un trabajo no es suficiente para huir de la pobreza. Se estima que seis de cada diez jóvenes que logran un empleo están en condiciones de informalidad, lo que por lo general significa bajos ingresos, inestabilidad laboral y desprotección.
Apoyo del sector privado
La Fundación Forge pondrá en práctica una metodología innovadora. Por un lado trabajará en alianza con el sector privado y las escuelas para fortalecer la empleabilidad de los jóvenes. La implicación de estos dos actores es importante porque permite, primero, que los alumnos reciban formación humanística y técnica durante un año. A continuación, la fundación les acompaña durante su inserción laboral, preferentemente en las empresas de la red -en condiciones de formalidad-, y un tiempo después.
El segundo aspecto innovador está relacionado con la demanda, ya que el proyecto ampliará y consolidará una red de 600 empresas comprometidas con el empleo juvenil. Por último, se prevé transferir la metodología y conocimientos del modelo aplicado a al menos dos organizaciones público-privadas, trabajando colaborativamente para incrementar la escala y mejorar la calidad de los servicios de empleo para jóvenes.