Según la edición digital del rotativo ‘Business Week‘, el desempleo está causando estragos entre la juventud europea. La tasa de desempleo para menores de 29 años en la Unión Europea es del 19%, la más alta de los últimos 10 años. En España la cifra alcanza el 42% y en Grecia un 49%. Indudablemente, estas cifras muestran la desesperada situación que padece la juventud europea. De hecho, la situación es peor de lo que los números reflejan. Ken Roberts, profesor de sociología de la University of Liverpool, asegura que los jóvenes que tienen la suerte de tener un empleo tienen más posibilidades de ser subempleados que los trabajadores de mayor edad. Se encuentran en una constante ida y venida de empleos mal remunerados, temporales y parciales.
- “Una de las principales novedades radica en el aumento de la duración media de un joven en estado de desempleo” asevera Ekkehard Ernst, jefe de la Unidad de Tendencias de la OIT. El aspecto más preocupante se reduce a la siguiente premisa: cuanto más tiempo permanezca un joven en el paro, mas reduce su ‘empleabilidad’. Ernst asegura que la tasa de desempleo, seguramente, seguirá empeorando hasta 2019. Según el propio experto, la crisis se ha acelerado debido a la destrucción de los trabajos –relacionada con los cambios tecnológicos- destinados a sectores de nivel medio que encajaban a la perfección con la gente que abandonaba el colegio. Otro aspecto a mejorar es el sistema educativo en general y la gestión de la vocación de los jóvenes. Si el cambio tecnológico se acelera, como es de esperar, necesitarán todo un abanico de competencias diferentes para encajar dentro del mercado laboral.
- Por otra parte, Sonja Bekker de Tilburg University afirma que el principal inconveniente se centra en la estructura actual del mercado laboral. Las condiciones están empeorando: empleos precarios, parciales y temporales. Eso implica la necesidad de trabajar las competencias.
- Por último, esta tesitura afecta a miles de jóvenes en toda Europa como por ejemplo, Jesús Solis de 31 años. Licenciado por una de las universidades de Madrid en 2012, ha estado en búsqueda activa de empleo entorno al año y medio en el ámbito de la biomedicina. Durante este periodo ha trabajado como agente inmobiliario, ayudando a llevar dinero a casa cada mes. Este empleo le ha posibilitado la adquisición de una serie de competencias de comercial. Jesús considera que las medidas del Gobierno para reducir el déficit presupuestario y la protección de la legislación laboral ha tenido un enorme coste social: “Una economía que no da oportunidades a los físicos, que no hace uso alguno de las habilidades matemáticas, no es sostenible en el largo plazo”.