Los difíciles comienzos
Hoy se cumple el 70 aniversario de las Naciones Unidas. Debemos resaltar la existencia de este organismo supranacional, que parece que ha acompañado siempre al mundo en su afán por buscar la paz y la concordia entre las diferentes naciones. Pero no siempre fue así, para entender el presente es fundamental conocer el pasado. A continuación construiremos un relato sobre los antecedentes y los primeros pasos de la Organización de las Naciones Unidas.
Algunos de los embriones de este macro-proyecto, fueron las conferencias internacionales de la Cruz Roja Internacional y de la Haya en los primeros años del siglo XX. Su objetivo fue claro: tratar de evitar las contiendas entre las diferentes naciones del mundo. Su fracaso se pone de manifiesto con el estallido de ‘La Gran Guerra’ al no impedir que se fraguase todo un sistema de alianzas que acabó implicando en el conflicto a las naciones más vigorosas de la época.
Por ello, al firmar la Paz de Paris -que pone fin a la Primera Guerra Mundial- una de las prioridades es potenciar la armonía entre los estados, creando una institución para dirimir sus diferencias. Llegados a este punto se crea en 1919 la Sociedad de Naciones, sin embargo llama poderosamente la atención que se dejase sin representación a más de la mitad de la población mundial. Toda la población de las colonias continuó en el ostracismo.
La Sociedad de Naciones supuso otro borrón en el expediente de las naciones en su intento por crear un mundo de concordia y cooperación. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en pleno desarrollo de las hostilidades, Estados Unidos decide liderar un proyecto definitivo en el que la representación de todos los países quedé garantizada, un paraguas que acoja a todo el mundo.
En 1941 se rubrica la Carta del Atlántico y en 1942 la Declaración de las Naciones Unidas, ambas suponen el auténtico embrión la citada institución cuyo nacimiento se sella con la Conferencia de San Francisco en 1945. Con estos mimbres comienza a desarrollar su trayectoria el 24 de Octubre de Octubre, un camino que como verán en posteriores artículos está plagado de luces y algunas sombras como reconoció el propio Secretario General U Thant.
Antes de construir el relato de los primeros años, me gustaría incidir en el hecho de que la mera creación y mantenimiento de una estructura supranacional constituye todo un triunfo. La celebración de la primera Asamblea General tuvo lugar en Londres el 10 de enero de 1946, donde quedó claro su principal mandato: el mantenimiento de la paz. Esto contrasta con el escenario de bloques que estaban aflorando a raíz del inicio de la Guerra Fría. Esta contienda determinará el compás y el ritmo de la institución en los años posteriores. De hecho desde sus inicios hay una escala de violencia con enfrentamientos en Corea.
Más tarde, en 1947 se aprueba la creación de partición de Palestina y la creación del estado de Israel. Una contienda que se dilata hasta nuestros días permaneciendo muy enquistada y de difícil solución. Además en 1956 se establece un hito en la ONU al enviar el primer contingente de Cascos Azules, sus fuerzas de paz, para apaciguar la crisis del Canal de Suez. Unas fuerzas cuyo principal fin es la pacificación, rebajar el clima de tensión de las regiones en el mundo. En los años venideros se abre un lento, en ocasiones violento y tortuoso periodo de la descolonización con el que la ONU tuvo que lidiar.