Si sumamos las edades de Eduardo Iracheta, Eider Burgos, Aurora Isla, Ane Aldaya y Laura Ruiz, los jóvenes que integran la empresa junior HEBE Bilbao, apenas conseguimos pasar de la centena. Estos cinco jovencísimos emprendedores echaron a andar el proyecto empresarial hace tan solo diez meses con la idea de promocionar el trabajo de creativos y diseñadores de moda de Bilbao y Bizkaia, y por el camino han llenado sus mochilas de experiencias, de aciertos y de errores, y hasta de un premio, el que les otorgó la Confederación Española de Junior Empresas y el Ministerio de Educación como la mejor iniciativa de este tipo en 2014 a nivel estatal.
La búsqueda de un nuevo sentido del conocimiento adquirido en la Universidad y la urgente necesidad de que se conecte cada vez más con la realidad social es lo que sustenta la creación de las junior empresas en universidades de todo el país, una forma de que los jóvenes aprendan haciendo, emprendiendo proyectos empresariales y desempeñando las competencias más elementales del amplio universo laboral.
Gracias a que no han dejado de plantearse retos y a que han mantenido una inquebrantable curiosidad, los chicos de HEBE Bilbao han conseguido dar visibilidad a diseñadores emergentes en ámbitos a los que no habían tenido antes acceso. Uno de sus logros más recientes ha sido que la diseñadora textil Itxaso Torrontegui desarrolle un par de talleres de estampación en el Museo Guggenheim. «Nosotros llevamos la comunicación online y offline de jóvenes creativos, buscamos por Internet dónde tienen sus talleres, incluso dónde estudian porque muchos diseñadores con los que contactamos están todavía estudiando, haciendo sus primeras cosas y les fichamos», explica Eduardo Iracheta, que a sus 21 años recién cumplidos habla con propiedad de un trabajo que hasta el momento les ha dejado muy buen sabor de boca. «Somos un grupo pequeño, trabajamos en lo que nos apetece, en lo que nos motiva; al no tener jefes tenemos que tomar decisiones según van surgiendo los dilemas», apunta Eduardo con la convicción de que la enseñanza orientada a la acción, del aprendizaje a partir de los errores, del ‘Learning by Doing’, es el saldo más positivo que saca tras estos meses al frente de HEBE Bilbao.
¿Y el futuro?
HEBE Bilbao no es una empresa al uso, aunque funciona como una organización empresarial con sector de actividad delimitado y un código de identificación fiscal CIF que le permite facturar. Su forma jurídica es una asociación sin ánimo de lucro, integrada exclusivamente por estudiantes que no perciben un salario y cuyos beneficios se reinvierten en en la empresa, dando forma a nuevos proyectos, en formación o en viajes culturales para sus componentes. «Nosotros, siendo un equipo, podríamos constituir más adelante una sociedad limitada o cualquier otro tipo de empresa, pero por ahora el objetivo es aprender con una experiencia empresarial antes de terminar la carrera», continúa Eduardo, que estudia Publicidad en la UPV/EHU.
Y como el futuro todavía les pilla lejos, los emprendedores de HEBE Bilbao están inmersos en un evento que reúne a cinco jóvenes diseñadores que explicarán al público las características del proceso de creación de moda. La actividad, que se desarrollará en el espacio La Ribera, contará con la presencia y las creaciones de Antxia, Atakontu, Comme des Machines, Ifelnut y Manderlay.