La presidenta Dilma Rousseff presentó el pasado martes un programa para estimular la entrada en el mercado laboral de los jóvenes brasileños. Esta medida tiene dos vertientes según ha comunicado la líder socialista. En primer lugar reducir la tasa de paro juvenil y, en segundo término, alejar a los jóvenes de la conflictividad social.
El programa estará orientado hacia la inserción laboral en pequeñas y medianas empresas de adolescentes de entre 14 y 18 años. Las compañías, recibirán beneficios fiscales y, los aprendices que entren en el programa tendrán la obligatoriedad de seguir estudiando.
«Las empresas tendrán como beneficio el hecho de tener a los jóvenes en sus nóminas, con su inmensa curiosidad y su capacidad transformadora”, mencionó la presidenta brasileña durante la presentación del programa. Rousseff destacó que los jóvenes deben conocer el potencial de las pequeñas y micro empresas que pueden contratarles «en todos los rincones, distritos y provincias de Brasil», con el apoyo del Estado y del gobierno.
El plan será implementado en una primera fase en las áreas más pobres del país, en el que hay un deterioro generalizado del mercado de trabajo debido a la difícil situación económica y el creciente desempleo. Según datos oficiales, Brasil tiene una tasa de desempleo juvenil total de 13.6 por ciento entre los jóvenes de entre 18 y 24, que afectan de manera especial a las mujeres, con un 17,5 por ciento y, a los hombres con 10,7 por ciento.