El desempleo juvenil es uno de los problemas más graves a los que se enfrentan todos los países. En 2013 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció en 73 millones los jóvenes en situación de desempleo. Un año más tarde, en diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que declaraba el 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. El objetivo era y es lograr mejores condiciones socio-económicas para los jóvenes de hoy como un medio para hacer frente a los problemas del desempleo y subempleo.
De esta manera, el Día Mundial de las habilidades de la Juventud es una fecha marcada en rojo en el calendario para todas las personas jóvenes y entidades que trabajan en favor de este reto. Se trata de una ocasión única para poner en valor el trabajo que realizan las instituciones y también para que las nuevas generaciones que se incorporan al mundo laboral pongan de manifiesto las dificultades que entraña.
Existe el triple de probabilidades que los jóvenes puedan estar en desempleo frente a los adultos y también de realizar trabajos de baja calidad. Además, las mujeres jóvenes tienen una mayor dificultad de estar subempleadas y recibir un menor salario que los hombres.
En este contexto, la Agenda 2030 impulsada por Naciones Unidas recoge en el Objetivo 4 Educación de Calidad la importancia de desarrollar competencias técnicas y profesionales con miras al empleo, el trabajo decente y el espíritu empresarial; la eliminación de las disparidades entre los géneros y la garantía de acceso de las personas vulnerables.