El traqueteo del carrito de las cartas de Jesús se oye en la distancia. Como todas las mañanas este joven de 31 años llega a su estafeta, recoge las cartas que le tiene preparado el encargado y emprende el camino hacia su zona de reparto. Esta sería una anécdota más si no fuera porque Jesús tiene una discapacidad psíquica y su ingreso en el mercado laboral se produjo de manera tardía y después de un largo itinerario de inserción.
El 62,7% de los jóvenes españoles con discapacidad está desempleado, según un estudio de la agencia de colocación Adecco, y su primer empleo se retrasa más que el de un joven sin discapacidad. Una cifra sintomática de la situación del mercado laboral nacional, que ha dejado escorado al 53% de los menores de 30 años, situando a España como el segundo país de la UE, después de Grecia, con mayores índices de desempleo juvenil.
Aunque las estadísticas no cambian tanto de una región a otra, Bizkaia muestra un panorama distinto, señala Txema Franco, director general de Lantegi Batuak, una iniciativa empresarial con más de 30 años en el ámbito del empleo protegido. «Los acuerdos con los Berritzegunes, que son los centros que coordinan la educación de personas con necesidades especiales en Bizkaia, permiten que exista una mayor conexión entre el mundo educativo y el laboral, de manera que estén bastante acompasadas las necesidades del mercado de trabajo con lo que se imparte en la escuela», señala.
«Un contrato indefinido ya parece ciencia ficción»
Franco se muestra positivo porque a pesar de la crisis, y de atravesar un enorme bache en 2013, este año 150 personas con discapacidad, en su gran mayoría jóvenes, han conseguido un puesto de trabajo en empresas ordinarias o del entorno de Lantegi Batuak, que cuenta ya con 1.000 jóvenes con discapacidad en sus centros de trabajo. Las contrataciones en empleos vinculados a los servicios (hostelería, turismo o limpieza), y en el sector industrial, en empresas de electrónica y operaciones asociadas a logística, son los que han despuntado, pero todavía queda mucho por recorrer.
La nueva dinámica del mercado laboral y la dificultad de compaginar la flexibilidad con la estabilidad en el empleo ha supuesto que los trabajos temporales constituyan el nuevo paradigma de la contratación. «Un contrato indefinido ya parece ciencia ficción no solo para los jóvenes con discapacidad, sino para los jóvenes en general, por lo que el reto ahora es mejorar cada vez más las competencias de empleabilidad de estas personas para que no haya un descuelgue del mercado laboral cuando finalice un contrato», puntualiza Franco.
Distintas realidades
«La fotografía de una persona con discapacidad y en paro es la de una mujer con discapacidad física, estudios secundarios, procedente del sector servicios que está buscando trabajo», señala Marian Martínez, directora territorial de FSC Inserta. La empresa de recursos humanos de la Fundación Once puso en marcha el año pasado el plan No te Rindas Nunca, una iniciativa cofinanciada por el Fondo Social Europeo orientada a identificar a los jóvenes con discapacidad, acompañarles en la búsqueda de empleo, apoyarles con las nuevas tecnologías, y ofrecer programas de cualificación orientados al mercado laboral.
La discapacidad es una situación que presenta distintas realidades, por eso los frentes en los que actúa FSC Inserta son la orientación, la formación y la intermediación, explica Martínez. «Además, realizamos campañas de sensibilización de cara a las empresas para que aprovechen el talento de los jóvenes con discapacidad». FSC Inserta también ha desarrollado la herramienta www.portalento.es, una plataforma que tiende puentes entre las empresas y las personas con discapacidad en búsqueda activa de empleo, que cuenta ya con 200.000 personas registradas.
El objetivo de No te Rindas Nunca es que se formalicen 3.000 contrataciones, 6.000 jóvenes reciban formación y lleguen a 9.000 usuarios atendidos para 2015, un objetivo ambicioso en un contexto de crisis, pero fundamental para que más jóvenes como Jesús tengan la posibilidad de trabajar y logren independencia económica.