Cristina Gallach (a la izquierda en la imagen), Alta Comisionada para la Agenda 2030 del Gobierno de España.
– Los jóvenes están cada vez más preparados, sin embargo, cada vez les cuesta más encontrar empleos y de calidad.
– Me ha gustado mucho cómo se ha abordado en el BYEF el tema del acceso de los jóvenes al empleo. Lo han hecho desde dos niveles. Del estratégico, del cambio que está teniendo lugar en nuestra sociedad, y de la necesidad de crear un diálogo intergeneracional, de apoyo mutuo entre las generaciones de mayor edad y los jóvenes. En el fondo no es una cuestión de suma cero.
– ¿Ve alguna solución?
– Hace falta conectar mejor el mercado de trabajo, la oferta con la demanda. Y eso se hace a través de ligar de una manera mucho más práctica y descender a lo concreto (sobre todo a las ciudades, a las comunidades autónomas) los mecanismos que hacen posible ligar. Hemos visto aquí universidades que tienen centros de empleo, oficinas de una administración autonómica que ata programas de empleo con las personas, con los estudiantes que están saliendo de los colegios profesionales. Creo que esa es la manera, al final vivimos en una sociedad superconectada, pero que nos falta conexión en los momentos clave. También hemos visto que, por ejemplo, los datos en el País Vasco son mejores, probablemente porque se han hecho más políticas activas y también se ha impregnado de la necesidad de estas políticas activas a las propias empresas, que tienen que movilizarse. Me ha parecido, asimismo, muy interesante la idea de que nunca vamos a tener la formación perfecta para los empleos que van a venir, por tanto tenemos que tener una formación que permita la adaptación. Esta idea de que estamos formando a personas para empleos que no existen, que serán otros, habla de personas que con su formación podrán adaptarse a los empleos que van a venir. Porque tenemos una capacidad de anticipación limitada. Es verdad que necesitaremos muchas personas que estén en el terreno y conozcan mucho la matemática, la programación porque vamos a una sociedad cada vez más robotizada, pero vamos a seguir teniendo la necesidad de personas que estén formadas en el cuidado de los demás.
– Usted ha dicho este verano que tenemos unos niveles salariales tan ajustados que hay una franja de población que se halla en zona precaria y puede caer en la exclusión. ¿Cómo se puede hacer frente a la desigualdad?
– Sobre todo visibilizar el problema, porque un problema que existe y no se le da visibilidad, no se puede medir ni ver si estás haciéndolo bien. También se requieren una serie de medidas en conjunto con las comunidades autónomas, como una serie de becas para la población más desprotegida. Luego otras medidas concretas, entre ellas una que está pendiente de aprobación y esperemos que se pueda aprobar, que es el incremento del salario mínimo, más luego una serie de desgravaciones sobre todo para las personas que ya están muy al límite. Una acción global de lucha contra la pobreza y la exclusión.
Malla de acciones
– Imagínese que el paro se reduce. ¿Qué hacemos con las condiciones precarias que persiguen a los jóvenes? ¿Podría definirme el concepto ‘empleo decente’?
– Nos encontramos en una situación paradigmática en la que España crece económicamente en los últimos años, pero en cambio el paro no desciende. Por lo tanto toda una serie de medidas (presupuestarias, de empleo, vivienda o educación), todas forman parte de la malla de acciones para ayudar a las personas que están más excluidas. No es con una sola medida, sino con un conjunto y sobre todo con una visión más inclusiva de la acción política. Y tienen que tocar desde salarios hasta protección social, salud y educación. Otra medida muy importante es la que tiene que ver con el acceso universal de la salud, ahora ya volvemos a tenerlo pero hubo un periodo de tiempo que no fue así.
– ¿Qué nos espera para 2030 en materia de empleo juvenil?
– El marco de acción que nos guía es 2030, un marco estratégico y compartido entre todos los países, pero la eficacia de tener ese marco se prueba a base de acciones concretas, de que todas las administraciones centrales, autonómicas, locales, todos los actores económicos (el sector privado, organizaciones no gubernamentales, las universidades…) asuman su responsabilidad en ese aterrizaje y aprendan a trabajar en red, aprendan a usar la conectividad. Porque si no hay ese trabajo en red seguiremos como estamos ahora, en silos, y no existirá esta facilidad de multiplicar las cosas positivas que están ocurriendo y por tanto no avanzaremos.