Estados Unidos es uno de los paraísos donde compaginar los estudios universitarios con una carrera deportiva
El sistema de estudios en Estados Unidos está fuertemente vinculado con el deporte. La sociedad está construida en gran medida por y para compaginar ambas cosas. Y desde hace unos años son cada vez más los estudiantes españoles que acuden a tierras americanas para formar parte de este sistema. Allí los deportistas están muy bien considerados y pueden a llegar a contar con becas que cubren los costosos estudios universitarios. En España hay empresas que se dedican a dar esa oportunidad a jóvenes que buscan esa complicada oportunidad de hacerse un nombre en el mundo del deporte a la vez que lo compaginan con una carrera universitaria. Una de ellas es AGM Education, que lleva varios años enviando estudiantes y deportistas al otro lado del charco.
Un ejemplo demostrado de que se pueden compaginar estudios y deporte es el golfista de Barrika, Jon Rahm. El vizcaíno realizó sus estudios en la universidad de Arizona State mientras practicaba el golf. Una vez finalizada su carrera dio el salto al profesionalismo. Y otro caso reciente ha sido el de Jon Bakero, el hijo del exfutbolista del Barcelona, que fue seleccionado en el pasado draft de la Major League Soccer (MLS), la liga de fútbol estadounidense, tras cursar sus estudios en la universidad de Wake Forest.
Con el tiempo cada vez son más los deportistas españoles que buscan la opción de ir a estudiar a Estados Unidos. Es de hecho uno de los lugares donde es más factible poder compaginar ambas cosas, ya que el sistema educativo universitario está basado en las becas. «Los entrenadores americanos buscan jóvenes jugadores en el extranjero para poder darles becas deportivas en sus universidades. Cuanto mejor es el nivel del deportista, mayores opciones de conseguir una beca y mayor cuantía de la misma. El sistema deportivo universitario en Estados Unidos se organiza a través de la NCAA. Dependiendo de tu nivel deportivo y académico, podrás ir a una división u otra», informa Teresa Romanos, responsable de Marketing de AGM Sports.
Proceso de admisión
El abanico de deportes para los que se puede obtener una beca es enorme, desde fútbol, baloncesto, tenis, golf o atletismo hasta otros más minoritarios como waterpolo, voley o hockey sobre hielo. Desde AGM Sports, que ha ayudado a más de 1.500 estudiantes desde hace más de 15 años a encontrar la universidad más adecuada al alumno, se recomienda comenzar el proceso en 4º de ESO o 1º de Bachillerato. «Esto se debe a que hay que preparar dos exámenes de nivel de inglés, SAT y TOEFL, que son exigidos por prácticamente todas las universidades en su proceso de admisión», expone Romanos. «Además, hay que tener en cuenta que en golf y hockey y otros deportes los equipos los cierran con dos años de antelación, con lo que hay que empezar el proceso con tiempo», añade.
Las becas en Estados Unidos pueden ser deportivas, académicas o ambas y no todas cubren el 100% de los gastos, ya que esto va en función del nivel del estudiante, sus notas y los exámenes del SAT y TOEFL. «En cualquier caso, si son completas cubren la matrícula, libros, residencia y manutención, pero no los vuelos», especifica.
Un detalle a tener en cuenta es que debido a la ley Title IX, que fue aprobada en 1972, las mujeres tienen las mismas oportunidades deportivas que los hombres. «Por ejemplo, si en fútbol americano se otorgan 85 becas a 85 chicos, la norma obliga a que las universidades tengan que dar el mismo número de becas a los deportes femeninos olímpicos para poder cumplir con la ley de igualdad. Tenis, golf, atletismo, natación, fútbol, baloncesto… son deportes en los que compiten tanto hombres como mujeres y, sin embargo, las becas para mujeres son más altas», ilustra.
Clara Pérez. Tenista y assistant manager en Abercrombie & Fitch
«Profesores y entrenadores daban muchas facilidades»
Con 19 años, Clara Pérez puso rumbo a Estados Unidos con la ayuda de AGM Education para compaginar el tenis, disciplina que practica desde los 5 años, con los estudios de economía y comunicación en la universidad de Armstrong State, en Georgia. Tras obtener esta titulación, se trasladó a Florida, a la universidad de Lynn, donde cursó un MBA de dos años en Dirección deportiva y marketing. «Decidí irme porque nunca quise dejar el deporte de alto rendimiento por completo y España no nos da facilidades para seguir con los estudios. También influyó que me concedieron una beca completa en una buena universidad y no quería desaprovechar esa oportunidad», relata esta tenista madrileña.
Su palmarés refleja que llegó a ocupar el puesto 39 del ranking nacional antes de cruzar el charco. En Estados Unidos, competía en el equipo universitario en la NCAA con otras seis chicas, todas europeas. Su tiempo diario se dividía entre las clases, de 8 a 12 o de 18 a 20 horas, y los entrenamientos de 13 a 17. «Los entrenadores y profesores de la universidad daban muchas facilidades para poder compaginar las dos cosas. Y si nos coincidía algún examen con los partidos los profesores nos lo aplazaban o adelantaban», destaca. Su periplo americano se saldó con el número 3 de la clasificación individual, el número uno en dobles y la conquista del campeonato nacional en tres años.
Su adaptación al estilo de vida americano fue rápida, aunque reconoce que lo que peor llevó fue tener que comer y cenar en un horario más temprano de lo que estaba acostumbrada. «En Estados Unidos comen sobras las 12 o las 1 y cenan a las 7», apunta. En cambio, le sorprendió gratamente la parte académica. «Los temarios, más cortos e intensos, se hacen más llevaderos».
Instalada de nuevo en España, hace balance de una experiencia «espectacular» que le ha permitido dominar el inglés, contar con amistades en medio mundo, y haber disfrutado del tenis al máximo nivel. También resalta «la fortaleza y la capacidad de sufrimiento aprendidas, el poder asimilar sin problemas situaciones difíciles y las oportunidades que surgen después de la graduación». En su caso, el título obtenido en Estados Unidos le abrió las puertas al cargo que ocupa de assistant manager en el área de business, operations y marketing de la multinacional Abercrombie & Fitch.
Jorge Porta. Golfista y estudiante de Business Management en Manhatanvile College
«Puedes organizarte un horario que te permita entrenar»
Su pasión por viajar, el deseo de estudiar una carrera en el extranjero para mejorar su nivel de inglés y sus ganas de seguir jugando al golf han llevado a Jorge Porta, de 20 años, a Estados Unidos. Actualmente, gracias a una beca académica está estudiando en la universidad de Manhatanville, situada a 30 kilómetros de Nueva York, el grado de Business Management junto con una especialización en Finanzas, Producción digital y Cinematografía. «Las universidades americanas te permiten escoger por ti mismo las asignaturas que deseas cursar, así que eres tú mismo quien construye su carrera y es muy fácil poder organizarte un horario que te permita entrenar», explica.
Jorge, que en España ganó el Circuito Miguel Ángel Jiménez, aclara que la temporada de golf en Estados Unidos tiene lugar en primavera y otoño. “Aun teniendo que estudiar y asistir a clase, los entrenadores están totalmente involucrados en permitirte entrenar tanto como puedas. Aquí es algo muy común para cualquier deportista universitario hacer sesiones de gimnasio entre las 6 y las 8 de la mañana, tener unas 3 o 4 horas de clase diarias y dedicar el resto de la jornada a entrenar, estudiar o trabajar en el campus», subraya.
Aparte de su formación académica en el sector de la economía, desde hace dos años vuelca sus conocimientos deportivos en un blog en el que sigue las andanzas de los golfistas españoles amateurs en Estados Unidos, e incluso ha colaborado en las webs Ten-Golf y Golflick. «Todavía no he decidido si es algo a lo que me gustaría finalmente dedicarme por completo. De lo que estoy seguro es de que si en algún momento no tengo la posibilidad de jugar tanto al golf como me gustaría, seguramente siga muy de cerca este deporte con mis aportaciones en el mundo del periodismo», valora.