La segunda edición del Bilbao Youth Employment Forum (BYEF) reunió en el hotel Carlton a nueve representantes de la economía, la política, los sindicatos y las organizaciones juveniles para debatir sobre qué tipo de cambios requiere el modelo productivo, la cultura organizativa de las empresas y la formación de los jóvenes para impulsar el empleo
Organizado por Novia Salcedo Fundación, su directora, Begoña Etxebarria, fue la encargada de dar la bienvenida a los asistentes con una breve intervención en la que recordó los comienzos en 2013 del proyecto Pegasus, la campaña en favor de la declaración de una Década del Empleo Juvenil, y subrayó que se trata de «una oportunidad para que España lidere el Objetivo 8 (trabajo decente y desarrollo económico) de la Agenda para el Desarrollo Sostenible» aprobada por las Naciones Unidas.
La mesa de diálogo fue moderada por Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT en España, que dio la palabra en primer lugar a Ángel Toña, consejero de Empleo del Gobierno vasco. Tras asumir que actualmente «tenemos una escasez de empleo que genera preocupación y angustia entre los jóvenes», abogó, entre otras cuestiones, por identificar las ventajas competitivas de la economía vasca y reforzar políticas públicas sólidas que apuesten por el desarrollo local y la especialización tecnológica. En este sentido, destacó el ejemplo exitoso de los clusters, agrupaciones sectoriales para potenciar la competitividad empresarial, e hizo hincapié en la necesidad de impulsar la economía social en un país de gran tradición en este ámbito.
Desde el Instituto de la Juventud de España, su director, Rubén Urosa, reflexionó sobre la necesidad de potenciar el turismo, la I+D+i y las nuevas tecnologías frente al «modelo productivo equivocado de la construcción» que presidió la actividad económica de los años previos a la crisis. En un entorno global cada vez más acentuado, Urosa afirmó que «nos encaminamos hacia una tercera revolución, en este caso energética. La manera en que seamos capaces de satisfacerla condicionará el modelo productivo futuro».
Especialización industrial
La visión empresarial llegó de la mano de Virginia Múgica, del Departamento de Relaciones Laborales de Confebask, quien advirtió de que «quien en diez años no tenga una formación especializada en nuevas tecnologías y en la conocida como economía digital puede verse desplazado del mercado laboral». A su juicio, la rápida transformación industrial que se está produciendo en todo el mundo requiere una estrategia de especialización en tres sectores fundamentales, industria 2.0, biociencia y energía, que es «donde mejor está posicionando el País Vasco y más bienestar nos va a proporcionar». Estos sectores necesitan, según Múgica, «empleos de altísimo valor añadido que tendrán que ser cubiertos por trabajadores con un alto grado de conocimiento». La previsión es que hasta 2020 la demanda de empleo en esas áreas se incremente un 14% en toda Europa. El reto, según Múgica, será cómo evitar que las personas que no cuentan con esa alta formación queden orilladas en el mercado laboral.
Desde los sindicatos CCOO y UGT, Unai Sordo y Jesús García, respectivamente, defendieron frente a la visión de la representante de Confebask que todos los sectores son igual de importantes para fortalecer el crecimiento económico. «Necesitamos políticas que fomenten la demanda y reasignen recursos de una forma mucho más conciliadora. Es preciso un debate en la UE, sobre todo en los países del sur, acerca del modelo productivo y la empleabilidad en el que los agentes sociales juegue un papel importante», reclamó Sordo. En la misma línea se expresó el responsable de Estudios y Programas de UGT-Euskadi, para quien «el sistema financiero tiene que estar al servicio de la creación de empleo porque de esta crisis no saldremos si no salimos todos». A este respecto, García pidió que se adopten una serie de medidas, como una fiscalidad más justa, más recursos para potenciar la formación y una mayor inversión en investigación y desarrollo.
María José Aranguren, directora general del Instituto Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad, se puso del lado de los sindicatos en esta cuestión. «No se deben priorizar unos sectores frente a otros porque la diversificación es buena para generar valor añadido», recalcó. Asimismo, animó a fijar el modelo de sociedad que se quiere poner en marcha, en el que deberá existir un equilibrio económico que no deje de lado la inclusión social.
Por su parte, Gorka Maiztegi, del Consejo de la Juventud de Euskadi, lamentó que muchos jóvenes vascos -«la comunidad en la que la gente más se forma»- tengan que emigrar a otros países en busca de una oportunidad laboral. Por esta razón, recalcó que será «clave» traer de vuelta a esos talentos para poder desarrollar el modelo productivo tan especializado que quieren poner en marcha las administraciones autonómicas.
Sara de la Rica, catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco, puso sobre la mesa la amenaza que supone para el empleo la introducción de máquinas «que hacen determinados trabajos de forma más eficiente». Un proceso en el que España todavía está «a la cola junto a otros países como Italia o Eslovaquia», pero que «se va a acelerar más en los próximos años». En su opinión, la solución reside en «redirigir los trabajos hacia esas cosas que no pueden hacer las máquinas, como pensar, crear, adaptar, discutir, innovar…». Ese perfil de trabajador -«personas que quieran aprender»- será, para De la Rica, el que más demanden unas empresas que «no tienen ni idea de los empleos que les vienen en el futuro». La catedrática de la UPV/EHU también citó la baja natalidad como otro de los problemas que amenazan el modelo productivo.
«Hay que pasar de la competitividad a la cooperación dentro de las empresas»
La cultura organizativa dentro de las empresas fue el segundo tema que abordaron los invitados presentes en el BYEF. El consejero de Empleo del Gobierno vasco, Ángel Toña, abogó por la excelencia en la gestión empresarial y recomendó que se fomente la participación de los empleados en la misma. Además, advirtió que los trabajadores «tienden a actuar en función de la cultura de la empresa; si ésta es honesta, se comportarán de forma honesta». Por último, recomendó a los jóvenes que «identifiquen los puntos en los que saben que son buenos, cuáles son sus excelencias competenciales» para desarrollarlas ya sea en la búsqueda de trabajo como en el emprendimiento.
La diputada de Empleo, Inclusión e Igualdad, Teresa Laespada, remarcó la necesidad de que las mujeres conquisten «su 50% de responsabilidad» en ámbitos tradicionalmente masculinos. Un objetivo que requiere un cambio en la organización de las entidades y la puesta en marcha de medidas para que la conciliación sea más efectiva, como habilitar guarderías dentro o cerca de los puestos de trabajo o que los hombres puedan coger más bajas de paternidad. Además, aconsejó «pasar de la competitividad a la cooperación dentro de las empresas».
Virginia Múgica, del departamento de Relaciones Laborales de Confebask, también subrayó que la transformación organizativa en un contexto global, cambiante y de «competitividad encarnizada es uno de los retos más grandes que tenemos, porque si no la llevamos a cabo estamos muertos». Este cambio, según expuso, debe aspirar a conseguir un «entorno colaborativo» que sitúe a las personas en el corazón de las empresas. «Hay que hablar en primera persona de la empresa, debe ser concebida como un proyecto común de alto valor añadido, presidido por el conocimiento, en el que se implique el trabajador», apuntó. Información, transparencia, comunicación y participación son las premisas sobre las que, según la representante de la patronal, se creará la nueva cultura empresarial. Una estructura organizativa en la que «las condiciones laborales se perciban como equitativas y los conflictos se resuelvan en base al acuerdo».
Este cambio de organización interna propuesto por Virginia Múgica fue visto con escepticismo desde UGT y CCOO. Para Unai Sordo, la precariedad laboral hace «difícil» que exista ese vínculo entre trabajador y empresa. Por su parte, Jesús García se mostró convencido de que la cultura organizativa tiene que cambiar, pero hacia un «capitalismo humano» en el que la gobernanza y los valores cobren un mayor protagonismo.
La sesión concluyó con el análisis del papel que juega la formación. Se comentó la brecha que existe entre el sistema educativo y el laboral, puesto que muchas carreras no están enfocadas a las demandas de las empresas. Unai Sordo resaltó el papel que pueden jugar los agentes sociales identificando las necesidades de cualificación que hay en cada sector de cara a volcar ahí los diversos planes de formación.
El foro continuó por la tarde con la presentación de cuatro proyectos que están abordando el enfoque de los temas que se discutieron en la mesa redonda. Gonzalo Marco, director financiero de Salto Systems, una empresa guipuzcoana de control de accesos con una fuerte presencia internacional, desgranó los valores que explican el éxito de esta firma: orientación al cliente, trabajo en equipo, compromiso, iniciativa y honestidad. Amaia Alorriaga, coordinadora de Gestamp Technology Institute, explicó los detalles de su Universidad Corporativa, basada en las últimas tecnologías del aprendizaje y el conocimiento, y de otras iniciativas formativas (máster y FP dual) mediante las que surten a las diferentes plantas de trabajadores «muy especializados». Oskar Álvarez, gerente de Asaken, centró su intervención en cómo puso en marcha esta empresa de trabajos verticales y la labor de fidelización que desarrolló con sus trabajadores. Por último, Laura Simón, de Novia Salcedo, hizo un repaso de los programas de empleabilidad de esta Fundación, que tras una trayectoria muy exitosa con una tasa de contratación del 75% necesita reinventarse. «La empleabilidad es ahora más compleja, debe entenderse como un maratón con itinerarios más flexibles que requieren acompañar a esa primera oportunidad laboral para una persona joven de otras competencias que le permitan reinventarse», subrayó Simón. Un cambio de escenario que obligará a NSF a adoptar en 2016 un nuevo sistema de orientación al empleo en el que ya están trabajando.
Posteriormente, Manuel Cadarso, responsable del sector Crecimiento Económico y Empleo de la AECID, y Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT de España, presentaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nieto resaltó que por primera vez «hay una agenda común tan ambiciosa, con metas concretas dirigidas a todos los países, no solo a los que están en vías de desarrollo, y en la que se introduce la variable ambiental». El miembro de la OIT recordó que la consecución de los ODS «puede ser una realidad o no, dependerá de todos, también de la sociedad civil».