La mayoría de las organizaciones ecologistas son lideradas por menores de 35 años
Empezó un viernes de agosto del año pasado. Greta Thunberg, la joven sueca, decidió protestar por la salud del planeta. Aquella acción fue solo el inicio de Fridays for Future (viernes por el futuro), una corriente internacional que tiene como protagonistas a voces jóvenes dispuestas a tomar la iniciativa en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, este comienzo tiene como antecedente la manifestación realizada el 21 de julio de 2018 por un centenar de jóvenes estadounidenses al frente del Capitolio, en Estados Unidos.
Se trata de la organización ecologista Zero Hour, fundada en Seattle por Jamie Margolin, una adolescente de 16 años. El objetivo, en ese momento, era exigir que los representantes políticos se adhiriesen al Compromiso sin Combustibles Fósiles (No Fossil Fuel Pledge). Así, los candidatos electorales tenían que comprometerse a rechazar donaciones de más de 200 dólares de aquellas compañías relacionadas con los combustibles fósiles. Esta protesta, aparentemente aislada, se convertiría en la primera de las marchas por el clima que se han producido en los últimos años en todo el mundo.
Esta acción fue la semilla que inspira hoy a millones de jóvenes en todo el mundo a aunar esfuerzos en busca de un futuro más sostenible. La edad media de los manifestantes es prueba de ello. Muchos de sus miembros no superan la mayoría de edad o bien se unieron al proyecto cuando contaban con 15 o 16 años de edad. Sin duda, la juventud no significa inexperiencia. Estos jóvenes no piden lo imposible, sino metas concretas, factibles y cuantificables, que puedan llevarse a cabo con voluntad política.
Cumbre Social por el Clima
Hacer frente al cambio climático reúne a miles de jóvenes de todo el mundo para organizar acciones en favor del planeta. Pero, la visión de Zero Hour es más práctica. A día de hoy, se consideran un movimiento político con un llamamiento masivo a que todos participen de las elecciones a través de Vote4OurFuture. Entre sus objetivos se encuentran la petición de que se incluya obligatoriamente una asignatura sobre el cambio climático en el programa educativo del norteamericano.
Pero la emergencia climática no desanima a estos jóvenes activistas en busca de un mundo mejor a partir de pequeños cambios. Así en paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), han desarrollado la Cumbre Social por el Clima, un espacio de contestación social a la COP25. En siete días más de 15.000 personas han participado en las 350 actividades que se llevaron a cabo en la Universidad Complutense de Madrid y en el Espacio de Convergencia en el madrileño barrio de Chueca.