Naciones Unidas señala al Estado el camino para mejorar la educación y el empleo dentro de este colectivo
Los jóvenes están llamados a protagonizar la transformación de una sociedad que se mueve a una velocidad nunca antes vista. Pero para ello, las administraciones públicas deben articular políticas que les ayuden a tomar parte en ella desde la educación y el empleo. Esta cuestión es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los Estados. Perú es uno de ellos y ha sido objeto de un informe de las Naciones Unidas que lleva por título ‘Desafíos y prioridades: políticas de adolescentes y jóvenes en el Perú’.
Con un 36% de la población entre los 10 y los 29 años, los adolescentes y jóvenes peruanos «deben ser la población prioritaria en el diseño de políticas para el desarrollo y tener una mayor participación en la toma de decisiones», afirma en la presentación del estudio María del Carmen Sacasa de Ventura, coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas en Perú. Como recuerda en el mismo artículo, «la inserción social y política de este grupo poblacional es hoy una necesidad imperiosa: la inclusión no solo repercutirá en su desarrollo integral, sino que también impactará positivamente en los indicadores de bienestar y crecimiento del país».
El informe analiza en profundidad cinco temas que el Estado debe reforzar a favor de ese colectivo: No culminación escolar en edad normativa, Jóvenes que no estudian ni trabajan, Violencia, Suicidio y Embarazo adolescente. Para cada uno de ellos, tras un riguroso análisis de datos y programas en marcha, establece una serie de desafíos con sus respectivas propuestas y acciones.
Abandono escolar y ‘ninis’
Frente al abandono escolar, que alcanzó en 2015 el 31,5% en las ciudades y el doble en el ámbito rural, se identifican algunos factores clave como la pobreza, el embarazo adolescente y la violencia dentro de los colegios. La ONU añade como otra de las causas la deficiencia en la infraestructura y la calidad educativa en los pueblos. Entre las propuestas que se realizan figuran la estabilización del presupuesto asignado a cada nivel educativo, el desarrollo de una infraestructura educativa, sobre todo en la zona rural, o un sistema de educación continua y supervisión de docentes para paliar las deficiencias de calidad.
Ligado a la deserción escolar está el problema de los ‘ninis’, categoría en la que se encuadran un 17% de los adolescentes y jóvenes peruanos de entre 15 y 19 años. Las razones son diferentes entre hombres y mujeres: el motivo fundamental son los problemas económicos (51,4% y 35,9% respectivamente), y el segundo los quehaceres del hogar, donde se disparan las diferencias (3,1% en hombres y 26,5% en mujeres). Dos de los desafíos que recoge el estudio para reducir estas tasas son la elaboración de un programa de capacitación centrado en la inserción en medianas y grandes empresas y con perfil definido de oferta laboral, así como el establecimiento de incentivos a las empresas para la contratación de jóvenes.
Naciones Unidas confía en que esta publicación, en palabras de María del Carmen Sacasa de Ventura, «sirva como herramienta viva para el diálogo entre los adolescentes, jóvenes, gobierno, empresa privada, sociedad civil y cooperación internacional. El objetivo compartido es que cada adolescente y joven peruano cumpla plenamente sus derechos y sueños, siendo ellas y ellos mismos la fuerza motriz para generar los cambios deseados». «Para que el Perú alcance la Agenda 2030 debe avanzar en las políticas de adolescencia y juventud bajo un enfoque de derechos, género y pertinencia cultural. Hacerlo es una manera de acelerar el desarrollo pleno y sostenido del país y de garantizar que nadie se quede atrás», añade.