Cerca del 88% de las compañías valora más la experiencia de los postulantes que su formación
Cada vez los empresarios son más exigentes a la hora de seleccionar un nuevo trabajador. Si bien el nivel de especialización en determinadas áreas puede jugar un papel fundamental al momento de la remuneración, la experiencia es vital para el puesto. En la mira tienen a un perfil profesional que pueda aportar valor a la empresa desde el primer momento y, sobre todo, un con una experiencia de más de seis años. Así lo desvela el Informe What Workers Want Report 2019 de la agencia de reclutamiento Hays.
El 88% de las empresas valora más la experiencia de los candidatos que su formación. Es una de las conclusiones de este estudio. Por otra parte, este porcentaje resulta positivo para la mayoría de trabajadores, ya que las empresas ya no dan tanta importancia a los estudios de los empleados y se decantan más por analizar su experiencia en su currículum. Aunque, una cifra negativa para los jóvenes recién graduados que se encuentran en la búsqueda de un empleo ya que no poseen experiencia o solo cuentan con prácticas.
En ese sentido, la investigación revela que éste podría ser uno de los motivos por los que el paro juvenil es tan elevado en España. Este tipo de perfil solo puede entrar en el mundo laboral a través de los programas de prácticas que ofrecen algunas empresas, y que después tiene la opción de incorporarse a la plantilla. Y es que, solo el 68% cuenta con un programa para becarios y solo un 55% ofrece un plan de carrera al terminarlo.
‘Soft Skills’
Además de experiencia y formación hay otros cinco factores que influyen en la incorporación de un candidato en la plantilla. Se trata de los idiomas, la capacidad de trabajo, la motivación, la adaptación y polivalencia; y la proactividad y dinamismo. Aunque en los últimos años ha disminuido el dominio del inglés como requisito fundamental. Si en 2016 el 38% precisaba de un candidato con una segunda o tercera lengua. Este año solo el 31% se decantaba por estos postulantes.
Asimismo se ha incrementado las habilidades personales, también llamadas ‘soft skills’, como la motivación predominan en la lista de exigencias. También aprecian la capacidad de exponer ideas y el trabajo en equipo. Es evidente que las habilidades técnicas son imprescindibles pero al final lo que marcará el punto de inflexión para considerar por un candidato u otro será la personalidad que distinga a cada uno.