La VII reunión del Comité Sectorial de Juventud de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), celebrada del 22 al 24 de abril en Cádiz, mostró su respaldo a «la campaña internacional impulsada por el Gobierno de España y la sociedad civil española para que la Asamblea General de las Naciones Unidas declare la Década del Empleo Juvenil desde el año 2016 al 2025». Este fue el primero de los acuerdos alcanzados en el transcurso de tres jornadas en las que responsables de juventud de dieciséis ciudades iberoamericanas abordaron los principales problemas que aquejan a los jóvenes y el papel que debe jugar la Administración. El presidente del Comité, el salvadoreño Diego Echegoyen Rivera, reclama leyes estatales que proporcione a los jóvenes «un andamiaje legal, institucional y social para desarrollarse plenamente. Sin jóvenes independientes económicamente no hay futuro para la sociedad”, recalca.
– El Comité de Juventud de la UCCI ha mostrado su apoyo a la iniciativa Pegasus para la declaración de una Década del Empleo Juvenil. ¿Qué es lo que le ha seducido de la propuesta de Novia Salcedo?
Creo que la juventud atraviesa por importantes avances, es la generación más formada y más informada de la historia, pero a nivel global el acceso al empleo es uno de los principales problemas a combatir. Por supuesto que hay retos en materia de educación, pero nunca tuvimos una generación con más acceso a la formación y a la información. La crisis global que apenas estamos recuperándonos ha dejado claro que se requiere mejorar las condiciones de trabajo –Empleo y emprendimiento- de los jóvenes, son un sector importante de la sociedad global y para la economía, por supuesto.
Como presidente del VII Comité Sectorial de Juventud de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas, presenté una propuesta para que incluyéramos en la declaración final de Cádiz un apartado de apoyo de los responsables de juventud de las grandes capitales de la región a esta noble iniciativa que lleva a cabo la Fundación Novia Salcedo. Lo seductor de esta propuesta radica en su contribución para resolver un tema estructural y de gran sensibilidad: 75 millones de jóvenes no cuentan con un empleo.
Hace unos días le comentaba a Rubén Urosa, director del Instituto de la Juventud, que España se volvió un problema en el sur de Europa durante la crisis, pero que hoy es un ejemplo a seguir sobre la generación de Empleo para los jóvenes. Y en general los números son alentadores, es por ello que se vuelve legítima la propuesta del Gobierno Español y de la Sociedad Civil Española, liderada por la Fundación Novia Salcedo, para que contemos con una Década que reconozca la dramática situación de los jóvenes y la necesaria atención de los gobiernos.
– ¿De qué forma tienen previsto colaborar con esta iniciativa?
Creo que el primer paso es proponer que la Asamblea General de Naciones Unidas apruebe denominar la Década del Empleo Juvenil; pero una vez suceda esto se volverá necesario trabajar en un plan de acción que involucre a los jóvenes desde el entorno local –donde el ciudadano tiene la proximidad en primer plano con la política pública-, hacia el entorno global, en donde tienen cabida iniciativas de gran calado, como en este caso.
Las ciudades, y en especial las grandes ciudades de Iberoamérica, colaboraremos en ese Plan de Acción, además de promover desde ya que los gobiernos nacionales retomen el empleo juvenil como una necesidad impostergable.
Durante la reunión del VII Comité de Juventud, muchas autoridades de juventud de los 22 países iberoamericanos expusieron lo que ya están haciendo en sus ciudades, como las ferias de empleo, las oportunidades de formación y el acceso a las TICS para que los jóvenes se informen y participen activamente resolviendo sus problemas. Ya estamos aportando, pero estaremos atentos a seguir realizando acciones de respaldo a la iniciativa Pegasus hasta lograr el objetivo de más y mejor empleo para la juventud.
– ¿En qué medida piensa que la Década puede ayudar a solucionar un problema que afecta a tantos millones de jóvenes en el mundo?
El empleo para los jóvenes es como la atención temprana a los niños, reduce muchos índices negativos en el futuro. Contar con la Década del Empleo Juvenil posibilitará recursos, apoyos y acciones que pondrán prioridad a más y mejores empleos para la juventud. Reducirá el escenario tendencial actual: una serie de consecuencias sociales y económicas de carácter global. Si 75 millones de jóvenes no consiguen empleo, debemos prepararnos para una generación perdida. Los jóvenes deben autorrealizarse con la dignidad que solo un empleo provee, deben emanciparse y participar de la vida económica de los países. Sin jóvenes independientes económicamente no hay futuro para la sociedad.
Esperamos que un plan de acción como este incluya sendos componentes para el acceso al empleo, pero también a la formación y a la construcción de oportunidades de autoempleo para los jóvenes emprendedores. Como dijo Su Majestad Felipe VI, “trabajar por una formación mejor de nuestros jóvenes, y por su inserción laboral más ágil y eficiente, son objetivos capitales de toda sociedad que aspira a progresar”.
Imagine usted un país donde el 60% de la población es joven, donde la juventud representa el 45,8% del total de la población en edad de trabajar. Esas son cifras de mi país, El Salvador. ¿Qué sucedería si estos jóvenes no trabajan y no pagan impuestos y no cotizan un plan de retir? ¿Quién va a pagar las pensiones de los que ahora trabajan y que en unas décadas deberán obtener un retiro digno? Si la juventud no trabaja, el futuro es insostenible.
– ¿Las políticas de juventud deberían ocupar un lugar más destacado en las agendas de los gobiernos?
Sin temor a ser pasional, porque el tema de juventud es algo que llevo en la sangre, creo que las políticas de juventud deberían ser transversales y tener un enfoque claro de derechos. Los jóvenes son protagonistas de su presente y de su futuro y están llamados a ejercer su rol como actores de cambio. Pero está claro que es necesaria una ley que asegure un marco de protección y debe posibilitar que los jóvenes cuenten con el andamiaje legal, institucional y social para desarrollarse plenamente.
Pero esas leyes deben contar con la participación efectiva de los jóvenes, deben asegurar su incursión en la economía del conocimiento; y los administradores de esas leyes deben aprender de otras experiencias exitosas que posibiliten ir modificando las leyes para cada generación, evolucionamos y con ello debe evolucionar la ley.