La UE quiere invertir 44.000 millones en el continente en proyectos que generen oportunidades formativas y laborales
Europa y África han estado histórica y económicamente mucho más distanciadas de lo que pudieran indicar los poco más de 14 kilómetros que las separan por el Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, parece que esta situación va a dar un giro radical en los próximos años. Es la conclusión que se desprende de la reciente cumbre Unión Europea-Unión Africana, celebrada en Abiyán (Costa de Marfil) bajo el lema ‘Inversión en la juventud para un desarrollo sostenible’, a la que acudieron 80 líderes de ambos continentes.
Bruselas presentó un ambicioso programa de inversiones, enmarcado en el plan europeo de inversión exterior, con el que espera movilizar hasta 44.000 millones de euros en el horizonte 2020. Los proyectos que quieran sumarse a este plan, cuyas prioridades pasan por la energía sostenible, las pymes, la agricultura y el desarrollo urbano, deberán tener entre sus objetivos la creación de empleo, particularmente de jóvenes y mujeres. «Los jóvenes y las mujeres son temas que preocupan a todo el continente. El trabajo será duro, pero tenemos que apoyar a los jóvenes no solo porque son mayoría, sino porque constituyen la fuerza del cambio», señaló el secretario general de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat.
El 60% de la población tiene menos de 25 años, por lo que la UE considera clave proporcionar oportunidades de educación con futuro y de calidad. «Tenemos que darles los medios para que encuentren la prosperidad y felicidad en África», subrayó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Dentro del ámbito formativo, durante la cumbre se establecieron medidas concretas como el intercambio de estudiantes a través del programa Erasmus+. Los políticos presentes en Abiyán abordaron también otros problemas que afectan al continente africano, como la situación en Libia, donde se encuentran entre 400.000 y 600.000 migrantes, la lucha contra el terrorismo o la cooperación energética.