El 82% de los estudiantes españoles que realizan un postgrado llegan con una experiencia laboral obtenida mientras completaban su grado
Mucho se ha hablado en los últimos años de los denominados ‘ninis’, es decir, esos adolescentes que ni estudiaban ni trabajaban y que hoy en día representan a un 22% de los jóvenes menores de 30 años. Sin embargo, sus cifras están muy lejos de ese 48% que suponen los chavales que priorizan sus estudios y les dedican todo su tiempo. Datos que también comienzan a quedarse atrás al ponerlos frente a frente con los correspondientes a los ahora denominados ‘sisis’, es decir, jóvenes que compaginan estudios y trabajo y que suponen algo más de 23% de la población comprendida entre esas edades.
De hecho, estudiar al mismo tiempo que se trabaja es cada vez más habitual quizá auspiciado por el alto coste de los alquileres, por los pagos de los estudios o por el día a día. Lo cierto es que según un estudio realizado por la consultora especializada en formación y estudios de posgrado, Círculo Formación, el 82% de los estudiantes españoles interesados en seguir con un máster o un doctorado tienen experiencia laboral previa, es decir, saben qué es estudiar y trabajar a la vez.
Según la encuesta de Círculo Formación, realizada entre casi 4.000 jóvenes en la Feria de Estudios de Postgrado FIEP 2019 en trece ciudades españolas, alrededor del 60% de ellos aseguraron que compaginaron su formación con un trabajo relacionado con su área de interés o unas prácticas obtenidas en la bolsa de empleo de su propia universidad, mientras que el 15% decía haber estudiado y trabajado al mismo tiempo, sí, pero en sectores que no tenían nada que ver con su formación.
Beneficios y consejos
Sea como fuere, lo cierto es que compaginar ambas actividades reporta ventajas obvias como el hecho de ganar dinero, pero es que además revierte en realidades como que los jóvenes comienzan a aprender a ser conscientes del esfuerzo que cuesta ganar dinero e, incluso, a manejar pequeños presupuestos. Además, contribuye a generar las competencias laborales necesarias, que son precisamente esas que reclaman las empresas a los recién licenciados: el hecho de tener experiencia laboral.
Claro que estudiar y trabajar al mismo tiempo ni que decir tiene que no es tarea fácil y que para conseguirlo, además de armarse de unas buenas dosis de energía extra, requiere de seguir unos breves pero esenciales consejos que pueden ayudar a llevarlo mejor.
– Llevar un orden: organizar el tiempo es fundamental. Organizar fechas de exámenes, plazos de entrega, reuniones y demás responsabilidades es esencial porque aporta sensación de control y seguridad.
– Tener claro el objetivo: habrá momentos en los que será difícil ver la luz al final del túnel y será entonces cuando será necesario tener en mente el por qué de estar haciendo las dos cosas al mismo tiempo.
– Dedicar tiempo a uno mismo: compaginar estudios y trabajo deja solo espacio para que la mente piense en libros y en el mundo laboral, de ahí que sea casi vital dedicar todos los días un momento a uno mismo. Ir al gimnasio, ver el capítulo de alguna serie o tomar algo con los amigos contribuirá a descargar tensión y volver a tus quehaceres con más energía.