Estados Unidos es uno de los destinos favoritos para realizar prácticas y ganar experiencia profesional en empresas españolas y americanas. Becario, pasante, monitor de campamento, au pair… Sea cual sea el título, las oportunidades para aprender y trabajar un verano o una temporada más larga existen. Especialmente, para jóvenes estudiantes, recién licenciados y los que no han cumplido 35 años.
La necesidad de contar con un visado intimida, pero es cuestión de informarse y tener claro qué se quiere. En la consejería de Empleo y Seguridad Social de España en Estados Unidos -que cuenta con su propia web y oficina en Washington DC-, reconocen que hay activos alrededor de 7.000 visados J-1 -el que está asociado a programas de intercambio para quienes vienen de prácticas-. Aquí se contabilizan desde los concedidos para trabajar como au pair hasta los otorgados a jóvenes investigadores.
Los programas para «aquellos que busquen mejorar su nivel de inglés o tener una experiencia diferente unos meses», apuntan desde la consejería, son el de au pair, orientado para estudiantes hasta 26 años para cuidar niños, y el summer work&travel. Éste permite vivir y trabajar en empleos relacionados con el turismo, como parques naturales o temáticos y hoteles, a jóvenes de hasta 28 años que hayan cursado al menos un semestre de estudios universitarios. Ambos requieren cierto nivel de inglés y la tramitación del visado a través de una de las agencias autorizadas por el Departamento de Estado.
En 48 horas, la organización puede emitir estos documentos con los que acudir a la embajada estadounidense. En el proceso intervienen tres partes: el interesado, la compañía empleadora y el sponsor -en este caso la Cámara-. Las áreas con más ofertas de trabajo para jóvenes son: finanzas y ámbito económico; derecho y administración pública; y marketing y comunicaciones. En los dos últimos años, sin embargo, ha habido un cambio de tendencia y se ha incrementado la demanda de arquitectos e ingenieros.
Cortijo recomienda a los jóvenes a exprimir al máximo el networking -hacer contactos de trabajo-, que aquí se practica casi las 24 horas del día. «En su caso, trataría de acudir a todos los eventos de networking y me apuntaría a foros empresariales», remarca. Tanto para ofertas de verano como para estancias más largas, el inglés es indispensable. En el primer caso, el nivel requerido es más bajo, pero necesario. Para prácticas y cursos de especialización, tener un buen nivel de inglés es imprescindible. «Nadie te pide que tengas un acento perfecto, pero tienes que saber hablar y escribir», explica Cortijo.