Un informe del Centro Reina Sofía sobre Juventud y Adolescencia muestra cuál es su visión de futuro laboral: la mayoría acepta que tendrá que emigrar o «trabajar en lo que sea»
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el primer trimestre de 2016 la tasa de desempleo juvenil en España era de un 21%. De hecho, desde los años 80, por cada adulto en paro hay 2,5 jóvenes que lo están de manera permanente. Pero, ¿sabemos qué opinan los jóvenes sobre su futuro laboral? ¿Cuáles son sus necesidades y expectativas? El informe ‘Jóvenes y empleo, desde su propia mirada’ del Centro Reina Sofía sobre Juventud y Adolescencia de la FAD da algunas respuestas importantes.
Lo cierto es que la mayoría siguen siendo optimistas cuando se les pregunta si creen que sus estudios les van a servir para encontrar un trabajo que les guste y que esté bien remunerado. El 54% de los encuestados cree que lo conseguirá, especialmente entre quienes están cursando o han terminado estudios superiores. Entre ellos, son más del 60% los que consideran que los estudios que están realizando o han realizado son adecuados para incorporarse al medio laboral y que sus conocimientos técnicos o profesionales son adecuados para incorporarse al medio profesional que les interesa. Además, alrededor del 80% cree que la práctica en empresas aumenta «mucho o algo» sus oportunidades de empleabilidad.
La tendencia cambia al hablar del papel de las administraciones públicas -desde el Gobierno central, a los de las comunidades autónomas u otras entidades públicas- en el fomento del empleo juvenil. Más del 80% cree que estos organismos «no hacen nada», hacen «poco» o «lo justo» o lo que hacen «es insuficiente».
El ‘quid’ de la cuestión llega al preguntar a los jóvenes sobre las expectativas de un futuro laboral. Todavía son más los que siguen buscando un trabajo seguro y estable, a poder ser, relacionado con sus estudios y en su lugar de residencia. Pero lo cierto es que las exigencias van cambiando hacia la valoración de un empleo relacionado con sus estudios aunque no esté en su lugar de residencia o, incluso, simplemente un empleo cerca de casa. Porque, de momento, una amplia mayoría prefiere estar contratado por cuenta ajena y así asegurarse cierta estabilidad y un sueldo fijo al mes. Sólo el 11% de los encuestados estaría dispuesto a trabajar por cuenta propia para poder realizar tareas que les permitan autorrealizarse, ser más independientes y tener la libertad para elegir el lugar y el tiempo de trabajo.
Peor que sus padres
Porque, la mayoría de los jóvenes encuestados, más de un 45%, consideran que hoy en día sus oportunidades son peores comparadas con las de sus padres porque creen que, al menos en los dos próximos años, la situación económica continuará como hasta ahora. Tanto es así que entre las principales posibilidades que se plantean a corto plazo es «tener que trabajar en lo que sea», «depender económicamente de su familia» o «marchar a trabajar al extranjero». De hecho, la mayoría ve entre «algo» y «muy probable» tener que emigrar en los próximos años por «necesidad» laboral.
Y es en este sentido donde, probablemente, las opiniones de los jóvenes son más alarmantes. La inmensa mayoría acepta que «es probable que haya que cambiar de ciudad si se quiere encontrar trabajo». Y lo que es peor, creen que para el mismo tipo de trabajo «las condiciones laborales son mucho mejores fuera de España». Aunque también hay quien ve la otra cara de la moneda y cree que en el extranjero también «se aceptan trabajos que en España no se aceptarían».