Es un sentir común entre las personas jóvenes del mundo los difíciles momentos que el ser humano está atravesando a la sombra de la terrible crisis económica. Toda esta situación conlleva graves consecuencias que están afectando al futuro de los jóvenes, que cada día se ven menos reflejados en la toma de decisiones que asumen sus gobernantes y representantes políticos. Las terribles imágenes que nos ha dejado el ‘siglo de las catástrofes’, en palabras del prestigioso historiador Eric Hobswawn, parece que no pueden ser diluidas del imaginario colectivo y todavía en pleno siglo XXI estamos asistiendo a escenas bélicas que parecía que no volverían a repetirse.
La violencia -en sus diferentes manifestaciones-, está siendo protagonista en las urbes de todo el mundo. Ya no se combate en las selvas boscosas o en los áridos desiertos, ahora son las ciudades las que están en el ojo del huracán, como hemos podido observar –sí, observar- con las imágenes que nos llegaban desde los diferentes ‘puntos calientes’ del mundo. Los jóvenes están siendo uno de los catalizadores de estas escenas. En su gran mayoría fruto de la imposibilidad de establecer un plan de futuro a largo plazo. Algo muy difícil para los jóvenes de Iraq, Siria, Nigeria… Tratar de labrarse un futuro o simplemente planificarlo cuando Ares llama a la puerta y enfurece a los caballos que tiran de su cuadriga. Especialmente para el ser humano pues se guía de sus sentimientos y ante las injusticias que se producen cuando los conflictos bélicos se libran en tu misma calle, no hay futuro que valga ni patria que la albergue.
Forum for Cities in Transition
En su quinta edición celebrada en Belfast hace ya algunas semanas, 14 ciudades que han convivido con los horrores de la guerra pusieron en común diferentes iniciativas para aprender los unos de los otros con el objetivo de intercambiar experiencias. Belfast, Sarajevo, Bagdad, Jerusalem, Haifa, Mostar, Tripoli… han vivido en primera persona cómo una urbe, por muy populosa que sea, puede ser uno de los focos bélicos más importantes en los conflictos. En la presente edición se recalcó el papel de los jóvenes en los desmanes de la guerra. El profesor O’Malley, principal ideólogo de esta iniciativa, subrayó la importancia de dotar a los jóvenes de un futuro a través del trabajo. «Tienen que ser una parte activa del proceso», zanjó O’Malley.
Es algo que se viene recalcando desde hace tiempo, incluso Saket Mani –Children and Youth representative to United Nations- , en su reciente visita a Bilbao con motivo del BYEF, también mencionó esta grave consecuencia para los jóvenes cuando se ven sin oportunidades laborales en un contexto nacional en el que son las armas el principal elemento político de un país. En definitiva, “no habrá paz sin trabajo para los jóvenes”.