El empleo juvenil es la clave para el futuro inmediato: una generación de jóvenes debe ser salvada. El desempleo juvenil en países como Grecia o España es superior al 50% mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en un 22%. Es tiempo de reaccionar, estamos a tiempo todavía. Todos estos temas se han tratado en el programa ‘The Stream’ emitido en la cadena Al-Jazeera.
Un 20% de los jóvenes europeos están actualmente buscando trabajo sin éxito alguno. El miedo al desempleo juvenil se ha extendido entre la juventud del Viejo Continente. Impedir el acceso al mercado laboral a la juventud implica un menor potencial para la economía y una pérdida trágica para la sociedad en su conjunto. László Andor, el comisario europeo de Empleo, afirma que algunas de las economías del Sur de Europa basaron sus economías en sectores como el turismo y la construcción. Como consecuencia del establecimiento de este modelo económico, una parte de los jóvenes fue seducida por los altos salarios de estos sectores, especializándose en una única competencia. Esta limitación en cuanto a habilidades y competencias se ha convertido en un gran problema, debido entre otras cosas a la actual crisis global. Una parte de esta generación carece de habilidades para los idiomas y no muestra disposición alguna a la hora de emigrar a otros países dentro de las propias fronteras de la UE. Andor afirma que el desempleo juvenil es producto de la combinación de estos dos factores: el diseño económico establecido por los países de la vertiente Mediterránea y la falta de adaptación de un sector de la juventud.
Por otra parte, el economista Jacob Kirkegaard del Instituto Peterson expone que la recuperación económica es una urgente necesidad. Para empezar, según Jacob, tenemos que superar esta profunda recesión económica. Una de las claves de éxito en el ámbito del desempleo juvenil es la inversión de grandes cantidades de capital económico en la educación y en instituciones que favorezcan el acceso al mercado laboral del joven. Este economista propone una renovación de algunas entidades y un cambio en la legislación que facilite la contratación de los jóvenes.
En este programa, los jóvenes tienen su propio espacio para enriquecer el debate. Pablo, de España, reclama una mayor inversión en proyectos que ayuden a incentivar la creación de puestos de trabajo. Thomas, un joven belga emprendedor de 22 años, afirma que su empresa está peleando por favorecer la innovación. Además, Giannis, un joven griego de 24 años, declara que el favoritismo es uno de los males endémicos de los países del Sur de Europa. Por último, Peter Matjašič presenta la Garantía Juvenil como una solución útil para combatir el desempleo juvenil. No implica el conseguir automáticamente un empleo, Peter afirma que «este proyecto está dirigido a aquellos que ponen fin a su educación y antes de entrar en el mercado laboral son dejados de lado. En este periodo (por debajo de los 25 años) los jóvenes pueden desarrollar sus habilidades a través de alguna beca, prácticas o cursos». La Garantía Juvenil puede forjar un profundo beneficio a largo plazo.
En mi opinión, la Garantía Juvenil posibilita una multitud de buenas propuestas de innovación en lo que respecta al mundo laboral. Sin embargo, el presupuesto fijado para esta plataforma destinada al empleo juvenil asciende a un total de 6.000 millones de euros: insuficiente a todas luces. Peter Hartz -el padre de los minijobs- sostiene que más de 300.000 millones de euros son necesarios para crear y asegurar el empleo entre los jóvenes. Por lo tanto, podemos afirmar que la Garantía Juvenil es tan sólo un balón de oxígeno temporal. Tanto las instituciones europeas como internacionales deben apostar por un próspero futuro mostrando un apoyo incondicional hacia el empleo juvenil.
Iñigo Rivera